Manchas es un perro pitbull terrier muy gregario y querido en su barrio, pero no siempre fue así porque sus dueños anteriores lo exponían a peleas callejeras, no lo alimentaban adecuadamente y le dio cáncer de piel.
este perro había perdido la esperanza hasta que se liberó de las cadenas que lo habían atado y tropezó con una familia que lo acogió y lo curó. No podía creerlo cuando le compraron su primera cama y se echó a llorar porque ya habían pasado las noches de frío, calor o mosquitos, y agradeció a lametones a los ángeles que lo rescataron.
la trágica historia de las manchas
Abigail Castro le cuenta a Bunko una historia sobre Manchas, un perro sufrido. Según la historia, este perro llegó solo a su casa, y ella se conmovió al ver el mal estado en el que se encontraba, con heridas, pelaje descuidado y mirada triste, por lo que no lo pensó más y lo llevó a al veterinario, donde le diagnosticaron cáncer de piel, desnutrición y heridas infectadas.
No tenía idea de quién era el dueño de este perro, por lo que comenzó a buscar al dueño en las redes sociales, donde una fuente anónima le informó que pertenecía a unos vecinos y que lo usaban para peleas callejeras ilegales.
“Me dijo que sus dueños lo hacían pelear con otros perros… Solo lo desataba para las peleas”.
Trató de contactar a la gente, pero no parecían interesados, por lo que se hizo responsable de él y lo adoptó en su familia en ese momento.
Cuando le dan a Manchas su primera cama, llora.
las noches eran largas, los días calurosos y nadie parecía preocuparse por él después de dormir en el suelo con una cadena incrustada en su piel e insectos molestando sus heridas. Su nueva familia no solo le ofreció refugio, lo curaron de sus enfermedades de la piel, le dieron de comer y jugaron con él. ¿Qué más podría querer?
Después de notar manchas en las camas de sus otros perros, su dueño recolectó dinero un día; obviamente tenía curiosidad, pero nunca se acercó. Entonces, debido a que él es un perro pitbull terrier, decidió comprarle uno del tamaño adecuado para él, así que miró a su alrededor y encontró la cama perfecta.
Aunque era un regalo típico para ella, él lo consideró como el mejor regalo ya que cuando Abigail le dijo que era suyo, se fue a la cama llorando. Ella estaba sorprendida; ella no tenía idea de que él estaba llorando, pero las lágrimas fluían de sus ojos.
“Ahora está muy contento; empezó a llorar el día que le compramos la cama; Tengo una instantánea de él llorando en su cama”.
Ella le dijo que se lo merecía ya que, a pesar de su pasado, era un perro excepcional, muy bien educado y valiente. Ha borrado toda la negatividad y es muy querido por todos; juega con los niños del lugar, hace compañía a los vecinos por la noche y si un intruso intenta meterse con su familia Manchas, no dudará en usar la fuerza.
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