Hawthorne había pasado por tantas cosas en su vida que había renunciado a volver a encontrar la felicidad. Cuando llegó a Arrow Fund, estaba cerrado y roto, y fue desgarrador verlo de esa manera.
Pero con amor, cuidado y paciencia, Hawthorne comenzó a salir lentamente de su caparazón. No fue un viaje fácil, pero estuvo rodeado de personas que se dedicaron a ayudarlo a sanar y prosperar.
¡Y prosperó! Hawthorne ahora vive su mejor vida, con una nueva familia permanente que lo adora y una comunidad de personas que continúan apoyándolo en cada paso del camino. Ha llegado tan lejos del perro roto que llegó por primera vez a Arrow Fund, y es un testimonio del increíble trabajo que hacen.
Cuando llegue el día en que Hawthorne deba dejar esta tierra, se llevará consigo el amor y la felicidad que ha experimentado en su tiempo con Arrow Fund. Y por eso, todos estamos agradecidos. Las palabras no pueden expresar cuán maravillosas son estas personas y cuánto apreciamos todo lo que han hecho para darle a Hawthorne la vida feliz y saludable que se merece.
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